La canción del día junto con La ruta del fuego, son dos libros contemporáneos que próximamente se incluirán en el sello. En conversación con sus respectivas autoras, Vísceras vincula sus carreras como dramaturgas a esta nueva etapa como novelistas.
Eugenia Pérez Tomas nació en 1985 en la ciudad de Buenos Aires. Escritora y directora teatral, sus obras han sido traducidas a otros idiomas como francés e inglés, y han participado de festivales nacionales e internacionales. Eugenia señala que su recorrido como autora está ligado a la escritura dramática y al trabajo escénico.
La canción del día aterrizó en Paisanita Editora (Argentina) y para finales de este año, será publicado en Vísceras Editorial (Chile). Un libro en el que su autora hace una pausa en el teatro y, finalmente, se adentra de lleno en la narrativa, más específicamente, a un ensayo literario.
Fotografía por Consuelo Iturraspe
—La dramaturgia es mi lugar de base, parte de mi educación sentimental. Publicar novela, o este libro que se vuelve escurridizo en relación al género, tiene que ver con mi búsqueda e interés que no se interesa tanto por el género en sí, sino más bien por un desarrollo y exploración con el lenguaje.
—¿Hay mucho de ti como dramaturga en esta novela, se puede notar en varias partes del libro?
—No tengo tan separado en mi imaginario el “por un lado, la dramaturga, por el otro la escritora de narrativa”. Al contrario, y como te decía antes, me interesa una escritura que no se fija en un género en específico. Me interesa como escritora, y también como lectora, la escritura que es más abierta y se inscribe dentro de una tradición más híbrida. En ese sentido, creo que la dramaturgia le hace bien a las otras posibilidades de la escritura, porque la escritura teatral se piensa como un espacio donde ensayar voces.
—En tus propias palabras y como breve reseña para futuros lectores, ¿de qué trata el libro?
—Es una novela que oscila; por momentos es un diario, por otros un ensayo personal sobre la experiencia de la maternidad y el puerperio.
El diario argentino Página 12, ha dicho que La canción del día “hace de la escritura, de la elaboración de un texto, una experiencia similar a la de dar vida a otra persona, de convertirse en madre y descubrirse en hija”.
—¿Cuál es tu inspiración? ¿Está basado en experiencias propias?
—Este libro es mi segundo proyecto narrativo. Nació como Tesis para la Maestría en Escritura Creativa que dirige María Negroni en la Universidad Tres de Febrero (UNTREF). Es un proyecto donde intento, mediante la construcción de una mitología personal, observar algunas escenas que se plantean en el campo de lo íntimo pero que encuentran su lugar y referencia en la literatura.
—La trama de La canción del día es un tema del que nunca se ha conversado abiertamente, pero que, sin duda, hay que tratar sin tabú. Por lo mismo, me imagino que has de estar contenta en que más editoriales quieran publicar tu libro.
—¡Sí! Me da mucha alegría desembarcar con La canción del día de la mano de Vísceras en Chile.
Por otro lado, Natalia Casielles (Buenos Aires, 1981), es escritora, directora teatral y productora teatral y audiovisual. Gracias a su ópera prima, Sueño con Cebollas, el Festival Internacional de Teatro y la Universidad de Buenos Aires le ha otorgado el premio Germán Rozenmacher de Nuvea Dramaturgia. Sus obras han sido estrenadas en festivales nacionales e internacionales, traducidas al francés, portugués e inglés y publicadas en múltiples editoriales. Natalia se inclina a narrar historias de realidades crudas, entre universos oníricos y reales, y también historias de índole documental o político.
Con Vísceras Editorial, publicará su primera novela, titulada La ruta del fuego (2025), un salto importante en su carrera.
Fotografía por Pía Leavy
—En tus propias palabras: de tu propia obra, creación, no tienes mucha idea en un comienzo. Vas descubriendo a medida que avanzas. ¿Cómo es este método que utilizas para escribir?
—Cuando yo estudiaba, tuve como docente al dramaturgo Mauricio Kartum, él me enseñó un método que es la imagen generadora, básicamente ese método es partir de una imagen, de sensaciones, sensorialidades, no de una idea fija, determinada, cerrada, sino más bien desde todo lo que una imagen puede evocar y todo lo que una imagen desprende. Utiliza mucho el término punctum, de Roland Barthes; hay una historia que tú todavía no sabes, pero esa imagen te llama la atención por algo, te entusiasma, te genera un interés que no sabes bien qué es, pero que vas a ir descubriendo. Y tiene que ver precisamente con descubrir la escritura a medida que se escribe. No es que sea una caminata a ciegas, sino que es una caminata en donde vas tomando pequeñas decisiones, para mí, que van a hacer el camino total. Este es el método que a mí me hace sentido
—Vas a publicar tu primera novela con Vísceras Editorial. De la dramaturgia a la novela ¿por qué este cambio?
Como escribo para teatro, audiovisual y también edité un libro de poesía, mi escritura se fue expandiendo por diferentes aristas, así que hace tiempo tenía ganas de escribir una novela, o sea, incursionar en la narrativa. Este texto lo comencé a escribir sin saber bien que iba para ese lado, pero cuando lo leí me interesó trabajarlo como novela. En resumen, básicamente por entusiasmo. Después, claro, vino la posibilidad de editar en Vísceras, lo cual le dio una forma concreta de destino.
—¿Podrías adelantarnos un poco sobre qué va este libro?
—No puedo decir mucho al respecto, pero será una novela que juega con los elementos de la distopía para evidenciar nuestra situación como sociedad actual.
—¿Qué significa para ti La ruta del fuego?
—En términos personales, a mí me emociona mucho cuando en este mundo se genera la posibilidad de que una persona pueda hacer lo que tiene ganas de hacer, por lo que este libro y la propuesta de la editorial para mí, es súper importante.
Nos unimos y generamos una confianza mutua y autogestiva de producir algo que nos importa, es gratificante y me emociona. En cuanto a la escritura, no sé si la palabra es desafío, pero podría decirse que sí, ya que es la primera vez que escribo narrativa, me importa y me interesa el resultado, porque quiero que haga sentido, que genere cosas, porque creo, como en cualquier disciplina artística, que es la manera que tenemos de generar comunidad y entendimiento.
—¿Te gustaría que algún día tu novela fuese representada en el teatro?
—Sí, sabes que igual es algo que me suele pasar, como cuando escribo una obra digo “ay, si esto llegara al cine, ¿cómo sería?”. Con esta novela también me pasa que en momentos fantaseo con que el texto pueda tener un cuerpo teatral, y yo creo que se podría hacer. Para mí este libro tiene una voz que está en primer plano, y esa voz se me viene a la mente con una corporalidad, como alguien que está ahí y que va narrando lo que ocurre, desde su punto de vista y pensamientos. Entonces, por más que el texto lo diseño en términos de narrativa, hay algo de monólogo teatral, y perfectamente podría montarse en el escenario.