A finales del año pasado, Vísceras Editorial abrió dos convocatorias para integrar al catálogo nuevas autoras y autores. Finalmente, y luego de un minucioso proceso de evaluación, el martes 27 de junio se reveló quiénes son los seleccionados para ambas categorías: Narrativa Contemporánea (novela y cuento) y Colección Callejones (poemario).
Narrativa Contemporánea
Rodrigo Muñoz Cazaux, de 45 años, reside en la Región Metropolitana. Estudió y trabajó en cine por un par de décadas, hasta que lo cambió por la pedagogía, ya que, en sus propias palabras “estaba hastiado del clasismo y el nepotismo en la industria cinematográfica local”. Con su nueva profesión formándose (lengua y literatura), conoció su pasión: escribir.
«Sabía que si tenía una posibilidad era Vísceras, porque en su catálogo vi que no buscaban lo sencillo»
—Rodrigo, ¿siempre tuviste esta afinidad y gusto por la escritura?
—Escribía desde chico, jugando más que nada; lo que ahora le llamarían fan-fic. Incluso gané un par de concursos escolares, pero nunca me lo planteé como una posibilidad porque crecí en un entorno (los 90) en que había que ser un jaguar, exitoso y ganar plata. Estábamos tan enceguecidos con la idea de progreso que se nos olvidó desarrollarnos como personas. Luego, trabajando en cine, hice estudios de guion cinematográfico en Cuba, ahí aprendí a estructurar tramas, perfilar personajes, etc. De hecho, escribí varios guiones, algunos se filmaron, aunque no me reconocieron los créditos como guionista en todos.
El escritor, nacido en Coquimbo, pero criado desde muy pequeño en Santiago, ya ha publicado anteriormente con diferentes sellos editoriales:
—Mi primer libro se llamó Con sangre en el ojo: lo oculto en la profundidad, lo saqué en co-edición con una editorial llamada Panspermia que cerró a los pocos años, dos de hecho, eso fue el 2015. El 2018 me invitaron de Áurea Ediciones a republicar ese mismo libro, esta vez se llamó Curialhué: con sangre en el ojo y fue el primero de una trilogía que publiqué con Áurea; Huelén fue el segundo libro y Las Ánimas el tercero. Después, el 2021 publiqué Hiel con ediciones Liz y Canciones macabras para aullar a la luna con Áurea, y el 2022 Coquimbo Zombi también con Áurea (ese es parte de una colección llamada zombis chilenos, que tiene historias de zombis en distintos lugares de Chile). Este año acabo de publicar una novela “pulp” con Sietch ediciones, es una novela corta de ciencia ficción y aventuras.
—¿Qué te motivó, principalmente, a participar en la convocatoria de Vísceras?
—Con este libro intenté escribir algo novedoso, pero me quedó un género medio híbrido, a medio camino de la aventura, lo noir, la denuncia social. Entonces no calzaba con las editoriales que ya había publicado antes, me alejaba de su línea, por lo que comencé a buscar en otras y aquí me pegué un par de portazos en las narices al darme cuenta de que en la mayoría de las editoriales a los escritores les cobran por publicar. Con un buen puñado de novelas publicadas en distintos lados (por sellos que me han invitado a trabajar con anterioridad), el que me quisieran cobrar como a un escritor neófito me pareció inusual, así que me puse muy desconfiado con el entorno editorial. Este libro lo había terminado a principios del año pasado y lo mandé a unos cuantos concursos y convocatorias, y en todos lados me decían lo mismo “es muy raro, es un híbrido, no calza plenamente…”. Sabía que si tenía una posibilidad era Vísceras, porque en su catálogo vi que no buscaban “lo sencillo”. No esperaban algo normal u obvio, entonces pensaba que mi bicho raro podría tener una posibilidad ahí.
—¿Podrías adelantarnos un poco sobre la obra que se publicará? Me comentabas que es un libro que ya terminaste, y es novela ¿correcto?
—Así es, una novela que comencé a escribir en 1998. Yo era muy inexperto en ese entonces, pero más de 20 años después ya he acumulado unas cuantas experiencias laborales. La historia la maduré y pasó de ser una pseudo comedia laboral a una visión descarnada de los años noventa en Chile; tras el estallido es bueno revisar los años previos que nos llevaron a eso, pero no desde la perspectiva de las “grandes historias”, sino que del tipo común y corriente que muchas veces se siente esclavo de un trabajo. La novela la estructuré como la confesión de este protagonista anónimo a alguien más, alguien importante en su vida, a quien le va contando todo lo que ha hecho desde ese entonces hasta el día de hoy.
—Y más concretamente ¿qué te incentivó a escribir esta novela? ¿qué significa para ti?
—Estoy en un momento en que tengo que escribir; cuando pillo un rato libre, un momento de ocio, pues agarro el computador y me pongo a escribir. Tengo como 5 o 6 historias a medias que a veces dejo por un año o 10, u otras que armo en una semana. Entonces yo escribo porque yo escribo, porque ya es parte de quien soy, pero si lo analizo sicoanalíticamente, pues todas las historias hablan de algo muy personal, esta sería sobre todas las frustraciones laborales que llevo encima.