El socio (1928) es una novela chilena escrita por Jenaro Prieto Letelier. En esta ópera prima de las letras nacionales, Prieto experimentó con la duplicidad interior del personaje literario, mostrando constantemente los contrastes entre la realidad y la ficción que, imbricados, parecen traspasar los límites de lo real. El socio, traspasó las barreras nacionales y fue traducido a varios idiomas; además de servir de inspiración para innumerables obras de teatro, también cuenta con adaptaciones cinematográficas.
Julián Pardo —el protagonista de esta obra—, cansado de fracasar en sus intentos por surgir en lo social y económico crea, a pulso, al ser que le ayuda a conseguir aquello que tanto anhela. Este alter ego que se ha inventado, llamado Mr. Davis, es capaz de realizar todo lo que él normalmente no haría, una oportunidad única para salir de su zona de confort, lograr objetivos. No obstante, toda creación supone una entrega, un sacrificio: ¿qué pasaría si Mr. Davis tomara el control absoluto? ¿Julián estaría dispuesto a desaparecer para dar rienda suelta a su propia creación?
Narrativa Ghirlanda de Vísceras Editorial busca honrar el trabajo de Jenaro Prieto mediante una reedición cuidada de El socio, acompañada de un prólogo de Pablo Faúndez Morán, investigador que ha dedicado una parte de su quehacer al estudio de la producción literaria de este autor.
“…El socio seguirá siendo la metáfora viva, palpitante y dolorosa de algo que a alguien acaso al lado de nosotros le está pasando: el que no te crean lo que puedes, por ser lo que eres (…) es, ante todo, un libro sobre cómo la ficción se cuela en lo cotidiano, sobre las historias que muchas y muchos deben inventar y sostener para sobrellevar el prejuicio y el desprecio”, señala el doctor en Literatura Románica por la Universidad de Humboldt de Berlín en su contraportada. Desde Vísceras conversamos con él para profundizar en estos aspectos.
—Quiero comentar sobre algunas cosas que mencionas en el prólogo, pero quisiera iniciar por saber, más minuciosamente, ¿cuál es tu opinión del libro El socio?
Me parece un libro muy perfecto en su estructura y creo que la palabra perfección no es exagerada, porque cuando uno lo lee, hay una evolución del argumento hacia el desenlace que logra generar tensión y que logra una secuencialidad que es bastante impresionante. El socio me parece un exponente muy logrado de un género que en Chile escasea (al menos en esos años), que es el de la literatura policial. Creo que es un texto de una “geometría” muy precisa.
—¿Crees que fue un texto adelantado a su época?
Hablar de “adelantado a la época” es un poco apelar a la suspensión de las tramas culturales que atan a esa persona a su tiempo. Los seres humanos somos el producto de un contexto cultural histórico, de una circunstancia que nos plasma. Entonces, creo que El socio, antes de ser una novela que está anunciando cosas que van a venir, es una novela donde están confluyendo muchos problemas literarios que luego van a marcar la evolución de la literatura en ese periodo. La virtud que tiene este libro se aprecia cuando uno lo observa en su contexto inmediato. Más que un texto adelantado a su tiempo, yo creo que lo que hace notable al texto es que Jenaro Prieto, como lector, está interesado en otros problemas de representación distintos a los de su generación, distintos a los de sus contemporáneos chilenos. En aquella época los escritores nacionales estaban más preocupados de los problemas sociales, de país, mientras que Jenaro Prieto se adentraba a problemas de mecánica y estructura literaria.
—¿Y consideras que, a pesar de los años que han pasado, es una historia que se mantiene vigente?
Sí, sobre todo por lo que vengo diciendo del tema estructural de la novela. Es esa estructura sobre el funcionamiento de la mentira en la comunicación humana, y de cómo uno puede mentir y obtener resultados en las comunidades en las que vive. Cómo mediante la mentira podemos generar apariencias, podemos revestirnos de atributos que los otros no están dispuestos a concedernos, no están dispuestos a reconocernos, y creo que es un fenómeno propio de las interacciones humanas. Jenaro Prieto trabaja con eso y logra armar una novela donde, esa dinámica, él la depura y la convierte en esta estructura narrativa de la que vengo hablando, y creo que eso hace a El socio una novela vigente, es decir, que es una novela en la que muchos lectores y lectoras se pueden reconocer. Por otra parte, también creo que es vigente porque es un texto que, a pesar de los años, sigue leyéndose muy bien. Hay agilidad, hay mucha precisión en la pluma de Jenaro Prieto, hay capacidad de pasar rápido de una situación a otra y de ir montando esta tensión novelesca rumbo al desenlace.
—¿A quién recomendarías este libro?
Creo que hay dos grupos de lectores que son propicios: el primero, son lectores en formación. Pienso en jóvenes que están empezando a leer y que están empezando a conocer la literatura. Vuelvo a lo mismo, El socio es un muy buen texto literario, quiero decir, es un muy buen texto para adentrarse y gozar de los mecanismos que hacen la entretención en la literatura, que generan nuestro interés. Creo que es un libro escrito con mucha destreza, por lo que pienso en lectores jóvenes que empiezan a conocer de literatura. Me parece una obra que puede ayudar mucho a formar nuestra conciencia de lectores.
El segundo grupo, creo que son lectores no especializados que gozan de una buena trama. El socio está abierto a un público muy amplio, de gente que le gusta leer un buen libro, pero que no quiere que este le ponga mayores complicaciones. El socio ofrece problemas, pero sobre una superficie de una trama que avanza y se deja leer.
—¿Por qué vale la pena leer El socio?
Esta obra nos ilumina sectores de los problemas de la literatura chilena de los años 20 que están bastante inexplorados, aborda temáticas que no están en otros libros de nuestro canon literario de ese periodo, pero que en su momento tuvieron una aceptación tremenda. El socio, por difícil que sea de conectar con lo que estaban haciendo los pares de Jenaro Prieto en su periodo, es un libro que fue un éxito de público, y luego fue llevado al cine en distintas ocasiones. Entonces, si un libro tiene tanto impacto dentro de los lectores de su periodo, pero no así, dentro de los escritores de la época, esa disyuntiva es un terreno muy fértil para la investigación literaria.